India y Scourtinerie
Ferdinand Fert, entonces tejedor en Nyons, se va de viaje al suroeste de la India, a Kerala, para visitar los territorios entonces ocupados por Francia. Allí descubre un artesanado local de lo más diverso: sábanas de algodón, objetos de fibra de bananero…
Sin embargo, un material local explotado por la población que vive en la costa de Malabar le llama la atención: la fibra de coco. Hilada, esta fibra rústica abundante en las costas indias se convierte en un material resistente y duradero sin necesidad alguna de tratamiento químico durante su proceso de fabricación. Resistente al agua gracias a los taninos naturalmente presentes en su fibra, la cuerda de coco ya es utilizada en la época por los marineros ingleses.
De regreso en Francia
Ferdinand Fert diseña y patenta una máquina para tejer mecánicamente los scourtins. Será el primero en utilizar la fibra de coco en reemplazo del alfa para diseñar sus scourtins de nueva generación. Resistentes a la presión inédita de las nuevas prensas hidráulicas que se generalizan en la época en los molinos de aceite además de ser utilizables durante varias temporadas, el éxito acompaña a la familia Fert.
Fuerte de una relación estrecha con sus proveedores, esta última perfeccionará sus pedidos y seleccionará a lo largo de los años una calidad de cuerda de coco superior y más adecuada a sus productos.
En 1979
Es más de un siglo después que su nieto Alain Fert decide integrar una tienda en la fábrica de scourtins e integra productos locales así como artesanía india, traídos durante los diferentes viajes que realiza cada año junto con su proveedor de materia prima en India. Mucho más que una simple relación comercial: la familia Fert mantiene desde hace más de 140 años una gran amistad con la familia de sus proveedores y varias asociaciones y organizaciones keralenses.